basada en el “Fausto” de Göethe, ubicándolo en la pampa gringa.
“Llevame, llevame, llevame...” pide como un fantasma permanente Isolda La Bámbola, una de las protagonistas de “La Bámbola”, la obra de dos consagradas dramaturgas santafesinas como María Rosa Pfeiffer y Patricia Suárez, que nos transporta a las primeras décadas del siglo XX en la pampa gringa argentina. Como bien sostenía Rubén von der Thüsen , una casa en las afueras de un pueblo es el escenario de esta historia que deviene en tragedia. Un hombre mayor, un artista, un músico (Fausto) llega a esta casa ubicada en el pueblo de su juventud escapando de una vida dedicada a la música, a los conciertos y a una exposición pública que lo ha arrastrado a los bordes de la locura, llegando en su último concierto a destrozar un piano con un hacha.
La dueña de esta finca (Fiora) es una viuda que vive con su hija (Isolda); esta última está, a desgano, en los preparativos para su boda con el bibliotecario del pueblo (Hans). La llegada de Fausto provoca cambios, tanto en él como en Isolda, generándose una atracción por parte de ambos, alimentada aún más por el deseo de Isolda de conocer un mundo que hasta el momento le ha sido vedado. Esta relación amorosa, entre Isolda y Fausto, intenta crecer oculta ante los ojos de los demás personajes, pero la mirada atenta de Fiora (La madre) observa desde las sombras el curso de la relación, con un final que aquí no revelaremos.
Fuente: El despertador web.com